Que los proyectos de peatonalización consiguen transformaciones sorprendentes en las ciudades es un hecho que comprobamos cada vez que una nueva calle vive ese cambio.
Hace tan sólo unos días, otro municipio más. Torre del Mar ha realizado un balance de todos los logros alcanzados los últimos años, gracias al increíble impacto tan favorable que se ha producido en el comercio a raíz de la peatonalización de algunas de sus calles principales. Y por consiguiente, la llegada de ventajas para la ciudad, que se ha visto enriquecida económicamente, estéticamente, y en la generación de puestos de empleo. Los efectos de esta nueva imagen, sin coches, ha permitido crear y/o reformar 35 negocios, con un centenar de puestos de trabajo, según han apuntado desde su asociación de comerciantes.
A esta buena costumbre se siguen sumando otros municipios, como Vélez Málaga, con su proyecto para peatonalizar parte del centro histórico de la capital de la Axarquía, una de las grandes reivindicaciones de los comerciantes y empresarios desde hace décadas. Tras meses de trámites.
Pero no hace falta seguir imaginando, basta echar la vista atrás para recordar cuando la propia calle Larios y colindantes soportaban otro estilo de ciudad que ha sabido adaptarse a los cambios y a las exigencias de un nuevo ritmo de vida de la población y del turismo. La capital ha iniciado este mismo año su cuarta gran peatonalización con la reforma de la Alameda. Primero fueron la calle Larios, la plaza de la Constitución y otras calles aledañas. Luego, se ganaron para el peatón el entorno de la Catedral y el Soho. Siempre estableciendo como base para estos proyectos la recuperación histórica, la conservación patrimonial, el valor el conjunto arquitectónico existente, además de potenciar el patrimonio vegetal. No hace falta mencionar la fuerza alcanzado del comercio malagueño desde que estos cambios transformaron cientos de negocios.
El corazón peatonal de Nueva York, Berlín y la nueva Unter den Linden, la revolución peatonal en México, el microcentro peatonal de Buenos Aires, la gran avenida comercial de Pekín, las sonadas calles peatonalizadas de Moscú, y así hasta completar una larga lista de éxitos en proyectos de peatonalización. Es cierto que muchos de ellos comenzaron con miedo y el rechazo del sector comercial, pero hay una realidad única, y es que las grandes urbes y núcleos turísticos del mundo han apostado por la peatonalización, y ya ha quedado más que claro que funciona y mucho. Vayamos de la mano con el cambio y dejemos que nuestro Torremolinos peatonalizado eche a andar con confianza.
Fdo. Juan Vallejo Martín